La inteligencia activa en los negocios se ha convertido en el pilar de la rentabilidad actual. Las empresas modernas deben hacer uso de esta metodología de trabajo y emplear estrategias en tiempo real para tomar decisiones basadas en datos.
La rentabilidad de la Inteligencia Activa en los negocios
Las empresas modernas transitan momentos de crecimiento, evolución y de nuevas conexiones como nunca antes se ha visto.
Este contexto de inusitado volumen de datos, debe ser tratado como tal: un momento clave para aprovechar y potenciar el negocio mediante herramientas basadas en IA, democratización de la información y el uso de la inteligencia activa.
En el «siempre activo» de hoy, donde la mentalidad del «ahora mismo» inunda los negocios, los colaboradores y clientes de una empresa esperan que los directivos y mandos tomen decisiones y actúen de forma eficiente y eficaz.
En definitiva, la toma de decisiones en tiempo real es un activo que no debe faltar en tu organización porque crea un valor real que impulsa la transformación del negocio.
Pero, ¿Cómo lograrlo? ¿Cómo cambiar de un estado pasivo de negocio a una inteligencia activa que lo potencie?
Para comprender mejor los desafíos y todo lo que conlleva a la transformación digital, es importante poner el foco en el siguiente punto: los líderes empresariales son conscientes de la competitividad actual, del desafío que conlleva ser partícipe de un mercado cambiante y que la gobernanza de los datos es primordial para el éxito.
Hoy los datos son la vida de una entidad, están en constante modificación y brindan una gran cantidad de posibilidades. Darse cuenta del valor de los datos en una organización es sinónimo de inteligencia activa.
Ello implica gestionar los datos de otra manera, estableciendo una cultura de acción informada dentro de la empresa, donde humanos y tecnología tomen decisiones en conjunto para construir una canalización inteligente de datos analíticos que pueda generar reacciones en tiempo real, asegurando el negocio.
Inteligencia activa: Navegar por la incertidumbre a través de acciones informadas
La pandemia ha desencadenado preguntas que aún hoy no tienen respuestas seguras: ¿Habrá competitividad post Covid-19? ¿Cómo seguirá el cambio climático luego de este desastre? ¿Las empresas están preparadas para afrontar los nuevos desafíos post pandemia?
Aunque las respuestas aún son vagas, lo cierto es que el dinamismo de la competitividad que vive el entorno empresarial actual implica que los tomadores de decisiones en todos los niveles de una organización deben actuar cuanto antes.
Se torna fundamental que los líderes adopten una estrategia que les permita navegar por la incertidumbre a través de acciones informadas, haciendo uso de la extracción y análisis de los datos en línea.
La mayoría de los motores de datos generan análisis cual si fueran túneles: la atención se centra en el lugar exacto donde se indaga, nublando los conocimientos potenciales de la información adyacente que también es importante.
De esta manera, cuando se trata de pensar en tomar decisiones frente a la incertidumbre radical, estamos cegados por el enfoque.
La amplitud de datos hacia fuera o más allá del enfoque, puede ser tan rentable como la profundidad. Desenfocar para observar el panorama general nos permite, no solo ver el contexto, sino también conocimientos a través de múltiples perspectivas.
Ejemplo de ello son los informes de algunos gobiernos en relación al Covid 19 que les permitieron vigilar y controlar las hospitalizaciones gracias a que fueron identificadas antes de que ocurrieran.
Conectar puntos de datos desde análisis upstream y downstream puede resultar fructífero porque se pueden obtener mejores resultados mediante una mayor colaboración.
Por ejemplo, consideremos la tarea de construir una casa: El arquitecto produce los planos, y luego el obrero construye la estructura. Pero ¿Qué sucedería si el arquitecto y el obrero colaboran tanto en el diseño como en el proceso de construcción? La complejidad y costos se reducen y la construcción se realizará en tiempo y forma.
El antiguo decano de Harvard, Joseph Nye, en su libro The Powers to Lead, explica cómo la inteligencia contextual es fundamental para un buen liderazgo: «La inteligencia contextual implica tanto una capacidad para discernir tendencias ante la complejidad y adaptabilidad, al mismo tiempo que intentar dar forma a los eventos ”
Esto es exactamente lo que nos permite el uso inteligente de los datos: actuar de una manera que produzca resultados ventajosos.
En el altamente interconectado y dinámico entorno actual, las empresas necesitan un
nuevo enfoque para hacer preguntas basadas en datos. Es esencial apropiarse de las preguntas y luego dejar que los asistentes tomen decisiones en tiempo real.
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